4.

Cuando caminé hacia Steven, camine por alguna manera decirlo "bipolarmente" me sentía feliz de que alguien por primera vez me hubiera defendido frente a los demás, pero por alguna extraña razón sabía que no podía dejar simplemente dejar que tan fácil me defendiera con apenas un día de conocernos, además por mucho que me atraíera Steven, sabía que no podía enamorarme de una persona solo por su cuerpo, eso era muy superficial, enamorarse de un cuerpo que ni siquiera duraría para siempre, el cuerpo se acaba, aunque no somos para siempre el amor sigue ahí si es verdadero y puro. Que
"cursi". Sabía que tenía la pinta de la chica que era completamente ajena a sanetimientos románticos, pero para nada, no me había dado cuenta de lo "cursi" que soy, iba con la mirada fija en el suelo cuando choque con el me di cuenta de que me miraba con diversión.
-Lo que hubiera dado por tomarle una foto a esa cara tan patéticamente tuya-dijo seriamente, levanté mi mano y le di una bofetada marcando mis uñas en su estúpido hermoso rostro, después el se quedó mirandome fijamente con los ojos entrecerrados. No me intimidaba. Que risa.
Solté una carcajada y fui hacia el patio trasero, antes de salir murmuré.
-Pobre idiota, siempre tan oportuno-
Despues caminé hacia adelante decididamente. Mierda. Me arrepentía tanto de estar aquí con personas que nisiquiera conozco, no sabía nada de ellas, definitivamente había sido una estúpida, quería lo mas antes posible tomar mi maleta e irme a vivir con alguna de mis tías.
No, no podía hacer eso, lo único que significaba era llevar problemas y dar lástima. Que asco. Repugnante. Fue entonces cuando el chico de cabello castaño del restaurante estaba parado frente a mí.
-Hola Catherine, al parecer aquí cerca viven mis padres, ves esa caballeriza, justo detrás de ahí está mi casa, ¿Quieres ir?-me sentí aliviada, por fin alguien realmente amable y bondadoso.
-Tengo que avisarle a una de mis amigas. Espera aquí. No tardare.

La reacción de Polly fue de confusión pero no le había pedido permiso, sino le esaba avisando.

Iba caminando junto con el "increíblemente agradable" de Caleb, su compañia me producía paz, armonía e inequivocadamente... No claro que no podía ser.
-¿Al parecer te veías un poco íncomoda?-dijo suvemente
-Me sentía profundamente incomoda, casi no conozco a nadie, pero no tengo donde quedarme-dije aunque realmente era vergonzoso.
-No debes sentirte avergonzada por eso Catherine, simplemente tu no tienes la culpa-dijo con un tono de voz que me hizo sentir rara. Que asco.
Cuando llegamos a las caballerizas, me enamoré de lo que vi, un caballo tan negro y de alguna manera elegante, su cabello se veía tan sedoso, pero al parecer se veía que era rebelde.
No pude evitar acercarme y tocar su cabellera, al parecer inclino la cabeza como seña de que al parecer le había caído bien, vi que Caleb estaba sorprendido, me encantaba tocar su piel, todo de el era fabuloso.
-Creo que te llevas bien con el caballo mas rebelde de la caballeriza.
Ni siquiera fui capaz de contestarle estaba maravillada con aquel caballo.
Despues me acerqué a Caleb y le sonreí, había alegrado mi día aquel caballo me maravillaba.
-No te preocupes, me di cuenta de que te maravilla ese caballo-dijo despreocupado
¿Cómo puede saber lo que siento y pienso?
Negó con la cabeza.Que raro. Maldita curiosidad.
Me sentí rara. Al ver a una señora de unos treinta y algo. Era de cabello negro, morena, alta, con una figura "envidiable", unos rasgos sumamente dulces. Era una mujer bonita. No llevaba ni un poco de maquillaje y se veía mucho mas "conservada que la madre de la pobre Polly" llevaba una coleta recogida, fleco de lado, y llevaba ropa un poco desteñida. Al parecer estaba pintando por que sus manos llevaban unos guantes de latex y una brocha. Que idiota soy. Obvio estaba pintando.
Me deslumbró con su brillante sonrisa y me abrazó con fuerza. Demonios. ¿Quien era ella?. Ni siquiera recordaba ese rostro.
-Catherine, soy la hermana de tu madre, me llamó Tina-¿Acaso dijo algo sobre mi madre? Sentí naúseas no me lo había esperado.
-¿Que? ¿En serio? ¿Sabes donde esta?-de un momento me aferré a sus muñecas, quería saber donde estaba mi madre, anhelaba y añoraba verla, me hacía tanta falta.
Negó con la cabeza. Demonios.
-No pequeña Catherine no la he visto desde hace unos seis años, creo que platicaremos mas tarde, ahora tengo que pintar-dijo ánimadamente
Asentí con la cabeza, aunque lo que mas deseaba era que me dijera lo que sabía.
Caleb me miró de una manera que no puedo describir.
De un momento a otro me pareció que fue un tiempo infinito.
Caleb caminó hacia un lado de la caballeriza, entramos a una casa que era de un tamaño medio, al entrar sentí definitivamente el ambiente hogareño, como extrañaba aquel ambiente, era sumamente agradable.
-Cuando vi que había un pay recién acabado que olía delicioso-sonaron mis "tripas", Caleb volteó y me miró amablemente.
-¿Quieres un pedazo?- Asentí con la cabeza rápidamente.
El cortó un pedazo enorme y me lo dio en un plato blanco con el borde de forma verde manzana, y despues me sirvió un café que sabía delicioso, por eso me sirvió una segunda vez.
-¿En serio te gusta mucho el café?
Asentí con la cabeza, comí mas de esa rebanada, tenía la boca llena.
-¿Conoces a Steven?-preguntó de manera informal.
Negué con la cabeza. Claro que no conocía a ese idiota.
El se rió de una manera tan fascinante que no tuve la menor duda de que era una buena persona.
-¿Sabes creo que seremos buenos amigos?¿A que colegio vas a ir?-pregunte con un tono de voz muy atragantado a causa de la mordida que le había dado al pay, tomé mas café.
-Voy por muy mala suerte al instituto que es para "caballeros" al mismo que va Steven-dijo pronunciando las comillas.
-¿Sabes? No tuve cupo para entrar al instituto para "damas" entonces tomaré este año en tu escuela, suena raro, le agradezco a mi estúpida tutora que me haga pasar por esto, aunque no quiero ir a clases-dije con la mirada fija en el rostro de Caleb
Caleb sonrió.
-Ya imagino-
Se abriò la puerta de par en par.
Al ver ese rostro, se acelerò mi corazòn.